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23-25 así que salió a perseguirlo, acompañado de sus parientes. Siete días después lo alcanzó en los cerros de Galaad, donde Jacob había acampado. Allí también acamparon Labán y sus parientes. Pero una noche Dios se le apareció a Labán en un sueño, y le dijo: «Labán, no le digas nada a Jacob».

26 Sin embargo, Labán le dijo a Jacob:

—¿Por qué me has engañado? ¿Por qué has tomado a mis hijas como si fueran prisioneras de guerra?

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